#Issue 62: Por qué tristemente John Steinbeck está más de actualidad que nunca.
A los "Clásicos" se les considera como tal, da igual de qué campo del arte, por su calidad, y en ella está intrínseco su valor atemporal más allá del siglo en el que vieran la luz. Un rasgo común es que, precisamente, revelan poco o nada bueno de la condición humana, algo que no parece que vaya a cambiar con el paso del tiempo. Y por eso ahora nos acordamos de John Steinbeck (aunque nos podríamos acordar de muchos otros), mucho más que un nombre que recordar al lado del de Faulkner o Hemingway por sus premios o su relevancia en la literatura norteamericana.
Y sí, hoy nos gusta llenar la Wikipedia de datos como que obtuvo tal o cual premio, en este caso en Pulitzer y el Nobel de Literatura o la ristra de obras por las que es conocido, especialmente La perla (1947), Al este del edén (1952), De ratones y hombres (1937) o Las uvas de la ira (1939). Tampoco son desconocidos los datos llamativos de su vida. El principal es que se convirtió en un escritor incómodo para su sociedad por su ideología de izquierdas y por su identificación con las clases pobres en una época en la que todo sospechoso de anticapitalista era un rojo. Hijo de una maestra de pueblo y de un molinero, además de premio Nobel fue albañil, marinero, jornalero de la fruta y periodista.
Y ya que él mismo vivió lo que es ser un colono en busca de una vida mejor, además de los reportajes que tuvo que escribir para "The San Francisco News" sobre los inmigrantes que iban a California a recoger fruta, realizó su mayor denuncia al capitalismo y a la deshumanización en su novela Las uvas de la ira. Como decíamos, probablemente la conozcáis si no por el libro por la versión cinematográfica de 1940 dirigida por John Ford. y comprendáis por qué John Steinbeck era un autor incómodo en su momento.

En Skin Tailors nos gusta recomendaros todo lo que nos transmite paz y, en definitiva, algo positivo. Hoy será y no será así. Precisamente hemos pensado en esta novela por lo actual e intemporal de su historia, en la que la población campesina se ve obligada a emigrar en busca de una vida mejor cuando la industrialización llega a los campos y no pueden competir con la maquinaria. Las escenas de crudeza de los desplazamientos y los campamentos que se crean recuerdan tanto a lo que vemos a diario en los telediarios que la evidencia de que no hemos mejorado nada en humanidad no es precisamente esperanzadora. Peor aún ver que un país de colonos como es Estados Unidos con una historia creada por inmigrantes que a su vez colonizaron América Latina se encuentran ahora en una nueva tesitura histórica con la elección de Trump, que parece ir en contra de toda lógica con esa historia.
Tratar de hablar de lo que provoca la lectura de 400 páginas en unas líneas es imposible, pero para cerrar esta recomendación con un buen sabor de boca queremos recalcar algo que sí nos deja con una sonrisa, y es la conciencia del valor de la tierra y la propia naturaleza que se desprende de las obras de John Steinbeck, consciente por su ascendencia de su valor. No sólo por los propios parlamentos que podríamos considerar ecologistas, sino por lo que sus personajes demuestran en relación con la posesión de la tierra que en nuestra sociedad se ha perdido. Da gusto ver ese sentido de arraigo y de respeto por la naturaleza, esos personajes que, como en las culturas milenarias, se acuclillaban y agarraban la tierra entre sus manos cada vez que pensaban y tomaban una decisión importante.
//R.
The Skin Tailors_