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El ingrediente estrella de tónicos y cremas que crece a la puerta de tu casa.

Es tan famosa desde la Antigüedad que se dice que Cleopatra ya se trataba la piel con sus flores, y es que una vez más, lo cotidiano se puede convertir en nuestro mejor aliado. La malva es otra de esas flor que hemos visto cientos de veces a los lados de los caminos o creciendo en cualquier lugar, e incluso la hemos cogido para admirar su precioso color violeta y su superficie aterciopelada. De ella se ha aprovechado todo desde tiempos inmemoriales, ya que tanto la flor como las hojas aportan muchas cosas buenas, ¿quieres saber cuáles? Hoy te lo contamos.



De la malva hay varias especies, pero sin duda la más popular es la Malva Sylvestris, la que nosotros hemos decidido utilizar como ingrediente de alguno de nuestros productos. En general, posee propiedades laxantes, digestivas, emolientes y antidiarreicas pero sobre todo antiinflamatorias. Es por eso que se usa tanto en medicina como en cosmética. De toda la vida se han hecho infusiones de malva para las afecciones de las vías respiratorias. Para cualquier catarro o constipado siempre ha sido efectiva gracias a los mucílagos, una fibra húmeda y gelatinosa que produce tanto la flor como la planta que alivia las zonas secas y, obviamente, gracias a su efecto antiinflamatorio.