Te proponemos un plan para mantener la grasa a raya.
¿Tienes la piel grasa? Tranquilo, porque aunque tiene muchos inconvenientes, también tiene alguna ventaja y, desde luego, armas con las que combatirla. Hoy te contamos todo lo que quisiste saber.

La (tan conocida) piel grasa es la que concentra de forma general un exceso de producción de sebo, por lo que a simple vista aparece muy brillante y se llena en seguida de espinillas y puntos negros. La piel grasa puede ser fundamentalmente de dos tipos: deshidratada o de tipo seborreico. Tener la piel grasa no significa tenerla hidratada, de hecho la deshidratación acaba generando la secreción de más grasa. Por otro lado, la tendencia seborreica es genética y muy difícil de combatir. La piel grasa es propia de cualquier edad, aunque se acentúa sobre todo en la adolescencia coincidiendo con los cambios hormonales, que también vuelven loca a nuestra piel. ¿Alguna ventaja? Pues sí, porque la piel grasa tarda más en envejecer y es más resistente a los agentes externos como el frío o el viento. Sin embargo, no hay que perder de vista que la piel grasa también necesita cuidados especiales para el sol y las zonas que se agrietan.
La alimentación, el estrés, el agua que ingerimos a diario o la píldora son motivos por todo el mundo conocidos que tienen mucho que ver con la secreción de grasa en nuestra piel. Sin embargo el motivo más decisivo de todos contra el que difícilmente se puede luchar es la herencia genética. Pero aunque la piel grasa es un problema con el que es difíci