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La vitamina de la juventud.

A veces, cuando pensamos en ingredientes hechos en el laboratorio estamos predispuestos hacia una concepción negativa debido a nuestros prejuicios pero, ¿son todos los compuestos químicos perjudiciales? Para nada. Uno de los ejemplos más claros es la producción de Tocoferol, presente en la las grasas vegetales pero que también se puede reproducir en un laboratorio. Es la base de nuestra salud ya que se trata de un potente antioxidante que afecta en gran medida en nuestra piel. De hecho, es el principal combatiente del envejecimiento. Lo conoces y muy bien, sobre todo por su otro nombre: Vitamina E.


Este antioxidante natural se lleva utilizando desde el origen de los tiempos, así que no es de extrañar que sea un básico en el mundo de la cosmética, la clave de las cremas hidratantes, especialmente para pieles secas. Todas las pieles sufren mucho con la exposición al sol, pero especialmente las secas ya que es la grasa y la hidratación lo que frena la aparición de arrugas. Otro de los signos de la edad son precisamente las manchas, algo que también afecta especialmente a las pieles secas. Una manera básica de combatir los radicales libres que, por mucho que intentemos evitarlo al estar al aire libre, hacen sus estragos tras la exposición a los rayos solares, es la Vitamina E. Desde luego no nos protege de los rayos UV, pero sí que actúa como un aftersun ayudando a las células de la piel a recuperarse.

Otra de sus principales ventajas es que también actúa como antiinflamatorio y cicatrizante, por lo que calma las pieles sensibles y ayuda a la regeneración celular ante quemaduras y cortes. En nuestra alimentación la adquirimos cada vez que tomamos alimentos ricos en grasas vegetales y sobre todo frutos secos como las almendras.